Espiritualidad "conectada"
Una auténtica espiritualidad no evita los problemas y las dificultades, al contrario, los observa, trabaja sobre ellos, crea unas sólidas Raíces arraigadas a la Tierra desde un contacto profundo con la realidad material. Una auténtica espiritualidad, tarde o temprano, incluye un trabajo sobre las heridas de la infancia. No huye ni niega emociones como el miedo, la rabia, el asco o la tristeza sino que las mira e incluye, aprende a escucharlas e integrarlas. No sólo tiene que ver con tener pensamientos positivos ya que una espiritualidad arraigada no sólo se nutre del aspecto cognitivo sino que abraza lo corporal, lo emocional y lo instintivo...